lunes, 3 de febrero de 2014

LÁSTIMA HACIA LOS DEMÁS - DÍA 2



Hoy vi en las noticias a un niño enterrado en los escombros de la guerra… quise llorar. Por supuesto que no es la primera vez que me pasa el sentir lástima, tristeza, rabia e impotencia, pero esto no apoya a nada, al contrario, sólo alimenta al sistema consciente de la mente y por lo tanto alimento al sistema actual de injusticia.

Hace días vi caer de cabeza a una perrita de un primer piso, su dueño estaba abajo. La perrita se levantó como ida corriendo sin que él la pudiera atrapar, cojeaba y lloraba. Su dueño la agarró por fin, la abrazo, la acarició y no vi más. Supongo que la llevó al veterinario en seguida porque además iba de salida en su auto. Me sentí culpable de seguir caminando y no poder hacer nada más.

He experimentado lástima hacia mi familia también que se combina con un pavor que tengo de que les pase cualquier cosa desagradable.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentir lástima, tristeza, rabia, impotencia, culpa y miedo y con ello alimentar al sistema consciente de la mente y al sistema de desigualdad actual que no apoya a la vida en unidad.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma querer proteger a otros y con esto sentirme superior o más afortunada que los demás.

Me doy cuenta que soy egoísta al querer parar mi sufrimiento parando el de los demás porque la raíz de la importancia que le tomo no es realmente el dolor de otros, sino el impacto que tengo al verlo originado por miedo que de que a mí me pudiera pasar también. Me doy cuenta que además, el querer parar el sufrimiento de mi familia es porque están en mi entorno inmediato que deseo sea el mejor para mí, que esté estable y sin penas… y porque he creado una dependencia egoísta, es decir, no es su dolor, sino el dolor que me causa a mí verlos sufrir.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma no sostenerme realmente bajo el principio de “querer para otros lo que quisiera para mí misma” y disfrazarlo profundamente de la emoción llamada egoísmo.

Cuando me vea a mí misma sentir lástima, tristeza, rabia, impotencia, culpa y miedo, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

 

Me comprometo conmigo misma a estar consciente de que mi lástima, tristeza, rabia, impotencia, culpa y miedo no cambia la situación por la que me siento así, sino por el contrario, coopero de esta manera con el sistema actual.

Me comprometo conmigo misma a no alimentar al sistema consciente de la mente y con ello al sistema actual que no apoya a lo que es mejor para todos.

Me comprometo conmigo misma a parar mis deseos de querer proteger a los demás por sentirme superior a ellos.

Me comprometo conmigo misma a parar el miedo que tengo de que a mí me pudiera pasar el dolor que otros sienten, es decir, parar a la mente; parar los pensamientos, las imaginaciones y proyecciones de sentirme en su lugar.

Me comprometo conmigo misma participar en lo que es mejor para todos y no sólo para mi entorno inmediato que alimenta únicamente a mi egoísmo, esto siguiendo con mi proceso al asumir mi responsabilidad de cambiarme a mí misma para cambiar al sistema actual.

Me comprometo conmigo misma a aceptar que hay accidentes que nos causan dolor físico y/o muerte y que lo que podemos hacer por ahora en conjunto y de manera personal solamente es prevenir sabiendo dirigir siempre a nuestro cuerpo físico de una forma eficiente -sin emociones-  incluyendo casos de emergencia; por lo tanto, me comprometo también a dirigirme de esa manera en todo momento.

Me comprometo conmigo misma a sostenerme realmente bajo el principio de “querer para otros lo que quisiera para mí misma” sin disfrazarlo de egoísmo y parando toda emoción derivada de ello que sólo es conflicto mental y que no apoya a la realidad y a la vida en unidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario